Todo sobre los transceptores SFP y CFP

Todo sobre los transceptores SFP y CFP

Cuando hablamos de conectividad, estamos refiriéndonos al envío y recepción de flujos de datos. Es en este punto donde los transceptores SFP Y CFP entran en juego, permitiendo la recepción y transmisión de estos a través de cables eléctricos de cobre, fibra óptica o radiofrecuencia.

Tipos de transceptores

Un transceptor es un pequeño módulo que encierra un transmisor y un receptor dentro de una misma caja; estos, a menudo, comparten un mismo circuito integrado. De esta forma, no son capaces de realizar simultáneamente las funciones de recepción y transmisión, tratándose de un dispositivo bidireccional, sino que han de hacerlo alternativamente en lo que conocemos como funcionamiento semidúplex.

Los transceptores tienen su origen en las comunicaciones de radio, siendo originariamente fabricados manualmente por los radioaficionados. Actualmente podemos encontrarlos en todos los campos de las comunicaciones, tanto en radio como en telefonía y, por supuesto, en las redes.

Dentro de este último campo podemos encontrar transceptores de tipo electrónico, que trabajan con impulsos eléctricos, de radiofrecuencia y de fibra óptica. Existe una gran variedad de tipologías, siendo las principales GBIC  SFP, SFP+, QSFP, XFP, XAUI, CXP, y CFP.

Los transceptores SFP y CFP son los más extendidos en las arquitecturas de redes actuales. Esto es así porque permiten tasas de transferencia del flujo de datos a altas velocidades y reducen sensiblemente los costes de las redes y el consumo eléctrico de las mismas.

Transceptores SFP

Los transceptores SFP son un evolución del GBIC (Gigabyte Interface Conversor). Se trata de transceptores capaces de brindar velocidades de transmisión de datos entre los 100 Mbps y los 4 Gbps, con un alcance que varía entre los 500 m y los 100 km. Han sustituido definitivamente a los GBIC por su reducido tamaño, y son ya el estándar preferente desde hace 15 años en las comunicaciones de redes.

Dentro de estos transceptores podemos encontrar modelos monomodo, para puertos de fibra óptica o de cable de cobre. Y también modelos multimodo, que nos permiten trabajar con cualquier tipo de cableado.

Los transceivers SFP no están protocolizados bajo un estándar oficial, sino que se basan en un acuerdo de fuente múltiple (MSA) y son compatibles con los principales estándares de comunicación, como SONET, canales de fibra o Gigabyte Ethernet. Presentan una gran adaptabilidad a la mayor parte de proveedores de componentes de red.

Precisamente esta libertad de protocolo hace que la oferta en el mercado nos permita contar con una amplia gama de estos módulos de comunicación. Desde aquellos producidos por fabricantes de renombre, como Cisco, a otros menos conocidos pero que cumplen perfectamente con los requisitos de garantía y fiabilidad necesarios.

Transceptores CFP

Un paso más allá encontramos los transceptores CFP, que son capaces de alcanzar flujos de transferencia de datos de hasta 100 Gbps y a distancias de 1000 km. Por ello son los más utilizados en redes WAN, Metro, de vídeo, en las estaciones de base inalámbricas y otros tipos de redes de comunicaciones remotas. Su aplicación práctica la encontramos en centros de datos en la nube que trabajan con volúmenes variables, grandes centros de big data empresariales, computación de alto rendimiento en laboratorios HPC y proveedores de servicios de Internet.

El sistema de transceptores CFP parte de la base del diseño SFP, pero, para alcanzar los 100 Gbps, apila 10 canales de 10 Gbps que actúan sincronizados. Así, lo primero que notamos al ver uno y otro es precisamente su gran diferencia de tamaño, siendo bastante mayor el CFP. Al igual que su hermano menor, el SFP, estos transceptores están normalizados bajo un estándar acordado MSA, lo que los hace compatibles con la mayoría de arquitecturas de redes y protocolos de comunicación.

Encontramos cuatro variantes: CFP, CFP2, CFP4 y CFP8. Las tres primeras pueden presentarse en diferentes arquitecturas; por ejemplo, en 10 canales de 10 Gbps o 4 canales de 25 Gbps. La última variante, la CFP8, permite alcanzar una transferencia de datos de hasta 400 Gbps en Ethernet, lo que la convierte en un potente puerto de alta velocidad caracterizado por su excepcional ancho de banda, 8 veces superior a un CFP.

Los transceptores CFP incorporan en su arquitectura un disipador de calor, lo que hace posible su integración directa en la placa base sin alterar en nada el rendimiento o funcionamiento del sistema. Siempre con la más absoluta estabilidad y seguridad.

Como podemos apreciar, estos transceptores SFP y CFP representan las tecnologías más estables en comunicación de datos, proporcionando altas velocidades de transferencia ajustables a cada necesidad. Se caracterizan, además de por esta escalabilidad, por su eficacia, alto rendimiento y economía. Los transceptores SFP son de uso común en redes empresariales de arquitectura local y remota, mientras que los CFP son principalmente requeridos en grandes instalaciones WAN y cuando se ha de trabajar con grandes cantidades de datos en volúmenes variables y a grandes distancias.

Como hemos podido apreciar, el ámbito de los transceptores SFP y CFP es sumamente interesante, y gracias a ellos hoy disponemos de una conectividad sin precedentes. ¡Estaremos encantados de solucionar cualquier tipo de duda sobre ellos!

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